Muchos usuarios de estados financieros y miembros del público en general confunden la auditoría con la contabilidad. La confusión se debe a que la mayor parte de la auditoría, por lo general, está relacionada
con la información contable, y muchos auditores son expertos en asuntos contables. La confusión se incrementa cuando se le da el título de “contador público certificado” a algunos individuos que realizan auditorías.
La contabilidad es el registro, clasificación y suma de sucesos económicos de manera lógica con el propósito de proporcionar información financiera para la toma de decisiones. Para proporcionar información relevante, los contadores deben tener una comprensión amplia de los principios y reglas que proporcionan la base para preparar la información contable.Además, deben desarrollar un sistema para asegurarse de que los sucesos económicos de la entidad se registran de forma adecuada sobre una base oportuna y a un costo razonable.
Cuando se auditan los datos contables, los auditores se enfocan en determinar si la información registrada refleja adecuadamente los sucesos económicos que ocurrieron durante el periodo contable.
Debido a que las GAAP proporcionan el criterio para evaluar si la información contable se registró de manera adecuada, los auditores deben comprender las GAAP en su totalidad.
Además de comprender la contabilidad, el auditor debe tener pericia en la acumulación e interpretación
de la evidencia de la auditoría. Es esta pericia la que distingue a los auditores de los contadores. La determinación de procedimientos adecuados de auditoría, la decisión del número y tipos de rubros a probar, y la evaluación de los resultados son problemas únicos del auditor.